jueves, 17 de agosto de 2017

Barcelona ❤

Cuán maravilloso y devastador resulta a veces el ser humano, siempre tan variado que sabe como sorprendernos.
Es increíble la manera tan profunda que tenemos de sentir, de ver las cosas con otros ojos, en otros zapatos, dentro de otra piel. Y ofrecernos para darnos a tiempo completo, y a cuerpo completo, a servir a un colectivo herido e intentar curar corazones destrozados. Acogiendo a personas para ser su familia en este periodo de debilidad, abrazando niños que se encuentran desamparados, repartiendo un poco de orden a todo este desconcierto que nos agolpa a todos por sorpresa.
Porque ahora, más que nunca, nos está tocando actuar y subir el tono de nuestra voz para gritar con firmeza a la cara todas las injusticias. Nos toca ser calma y consuelo de quienes sufren aleatoriamente este tipo de imprudencias. Estamos cosiendo almas desgarradas por el dolor y acariciándo miradas tristes que rebosan miedo e incertidumbre.
Tras enfrentarnos a estas barbaries, no debemos dejar que nos invada el odio, es necesario que sigamos amando más y mejor.
Sólo el amor puede salvarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario