domingo, 7 de diciembre de 2014

"Mis días empezaban a vestirse de un tono medio gris oscuro, parecía vivir en un ambiente húmedo que me ahogaba, como en esas escenas de cómics antiguos que me había enseñado mi abuelo hacía poco más de dos semanas. 

Todo era como esos estrechos y oscuros callejones que te agobian, con el típico hombre misterioso que viste con gabardina y esperaba todos los días a hora punta a que algo ocurra, sentado en la parada 103 del bus. 

Mi estado me recordaba a esos molestos bares de copas poco iluminados, lleno de cuarentones en mitad de partidas de cartas y con esa peculiar niebla provocada por cigarros y puros, que uno tras otro, eran consumidos a causa del hastío de aquellos fumadores. 

O también se podría comparar con esa angustia de saber que alguien te persigue cuando estás cerca de la puerta de casa y la calle se encuentra a solas."


lunes, 1 de diciembre de 2014

No siempre estaremos bien, hay tantas cosas que nos disgustan que es imposible no perder la calma algunas veces. Somos una bola de papel, de esas que arrugamos a menudo. Somos una hoja de papel escrita, tachada, manchada y llena de frases unidas por puntos y aparte. Somos una hoja de papel, una hoja donde queda nuestra historia, nuestros sueños, metas e ilusiones. Una hoja plasmada de fracasos y deseos rotos, llena de "borrones y cuentas nuevas". Somos la mezcla de nuestros actos, pensamientos y confusos sentimientos, somos todo lo que fuimos y lo que deseamos ser.

Y comprender que amar tal vez es otra cosa. Es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro, que no es tuyo, que no te toca por contrato. Debes merecerlo cada día. Eres consciente de que hay respuestas que quizás deban cambiarse. A veces es preciso partir para volver a encontrar el camino.