sábado, 30 de enero de 2016

Demasiada sinfonía.

Vaya resaca... Ayer debí pasarme, porque hoy me duele todo el cuerpo, quizás me quedara dormida en el salón, no recuerdo muy bien como llegué a casa, pero puedo jurar que nunca me había despertado así. La boca me sabe a tus besos, la habitación tienen impregnado tu olor y las marcas de tus labios por toda mi espalda, me confirman que, anoche, me emborraché de ti. Y prometo, que me encantó. Ahora sólo pienso en alcoholizarme de tu piel, anestesiar este dolor que me inunda el alma, a base de tus poros.
No hay nada mejor que tener a alguien que te cuida con la misma medida en la que te quiere. Y no existe nada comparable a la sensación de tus dedos tocando una pieza de Beethoven por toda mi espalda. Menudos conciertos, demasiada sinfonía.
Cada noche te espero sentada en el filo de la cama, imaginando la melodía que esa noche me vienes a interpretar