domingo, 7 de junio de 2015

Juntos, aquí y ahora.

Hemos sabido encontrar cosas que nadie más podría llegar a entender. Hemos aprendido mucho uno del otro y hemos sacado lo mejor de ambos. Tenemos miles de historias que contarnos, que dejar escapar entre risas o entre lágrimas. Hemos construido una serie de lenguajes, de símbolos que tienen mucho de lo que hablar, significados que nadie más podría ver, porque lo esencial es invisible a los ojos y ambos, lo sabemos. Tenemos tanto en común, tantas partes de nosotros que se complementan, tantos pedazos rotos que encajan. Ambos guardamos muy adentro eso que nadie jamás podría entender y al encontrar a alguien que no juzga, sino que escucha lo que para ti es importante, todo eso que no dejamos salir, brota sin querer. Nos hacemos fuertes a base de golpes, pero también a base de amor. Porque el cariño es mutuo y ambos, hemos caído en la compasión de unos ojos que nos abrazan y ambos, hemos caído en la melaconlía de llorar con el alma y en silencio. Y nos hemos ahogado de tantas penas, de tantas que no teníamos con quién compartir...
Y estamos juntos, aquí y ahora. Y lo estaremos aunque pasen kilómetros y mil batallas por nuestra vida, porque yo te regalo parte de mi, parte de algo que no se recupera pero que tampoco se puede perder. Yo te grabo mi recuerdo en tus lunares, en tu espalda y te escribo mi historia en cada vértebra de tu columna. Mientras tanto tú, guardas secretos por todos los poros de mi cuello, sellas con cada beso ese misterio que jamás nadie podrá encontrar. Y a la vez, me regalas el deseo de descifrar el enigma que es tu mirada.

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