Será el miedo a perder o, el miedo a perderme. Será el miedo a perderte y vagar, vacía, por lo que parece ser un mundo sin rumbo, sin ese aire que me guíe hasta el nuevo mañana que tanto necesito y, a la vez, tanto ansio alcanzar. Tras tropezar una y dos veces con el mismo escalón, sigo sentada en el suelo, esperando continuar una partida que lleva mucho sin reanudarse.
Vir, dónde estás. No logro entender por qué, por qué me ha encantado conocerte. Por qué me has hecho sentir tan viva después de tanta soledad. Ha sido un placer conocerte, Vir.
Por un instante me he encontrado sí, he llegado a conocer lo que quiero y lo que necesito, lo que soy y lo que pienso, lo que siento. Me he sumergido en mis adentros y, chicos, ha sido precioso. Solo tú, solo tú puedes llegar a reconstruirte y a volver a romperte. Solo tú tienes derecho a disfrutar de ti, a saber a escucharte. A saber elegir, a querer lo mejor, a equivocarte y a aprender a aceptarte. Solo tú puedes juzgar tus acciones, debes asumir tus fallos, las consecuencias de tus actos. Que seas solo tú quien imponga tus propios limites y tengas el valor de superarlos.
Vir, te he conocido y quiero volver a encontrarte.
Te invito a quedarte, visitarme y leerme. Recuerda que en cada entrada te regalo un poquito de mi. Gracias por pasarte.
domingo, 31 de mayo de 2015
Te he conocido y quiero volver a encontrarte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario