Hoy, después del tiempo que ha pasado, he decidido que era hora de cambiar. Después de dejarme caer sobre la cama, he observado todos y cada uno de los momentos que han quedado congelados en fotografías, en nuestras fotografías. He encontrado una caja vieja y he metido dentro todas tus cosas, mi corazón y por supuesto, no he olvidado guardar los sentimientos.
Tras cerrar la caja me he quedado mirándola, no se si con nostalgia o con compasión. Ha pasado el tiempo, el dolor, el amor. Ha pasado la tristeza. En este instante, me siento vacía, como si guardando tus recuerdos hubiera podido dejar un hueco para más amor. Puedo decir que esto ha sido una mudanza, que te traslado a otro cajón, a otra parte de mi ser donde no dejas de ser mío, pero no eres parte de mi. Te dejo ahí donde yacen los recuerdos, donde se cae tras el olvido, en lo más hondo del corazón. Donde no llegan a traspasar los sentimientos.
Has quedado sepultado bajo escombros, trozos de lo que antes era nuestro guión, bajo las tardes besándonos al son de los latidos del corazón. Has quedado enterrado entre todo el dolor, a oscuras por haber apagado la llama del amor.
Se te ha caído encima todo el peso de tu falta de razón y ahora te ahogas en lo que, en su momento, a mi me dolió.
Te invito a quedarte, visitarme y leerme. Recuerda que en cada entrada te regalo un poquito de mi. Gracias por pasarte.
jueves, 28 de mayo de 2015
Has vuelto a interrumpir mi calma.
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Son estos los relatos los que de verdad llegan, aquellos en los que se pierde el límite de dónde está la metáfora y que es lo real.
ResponderEliminarGracias por leerme, gracias por tu comentario y gracias por lo dicho. Eres el mejor. ¡¡Me alegro que te guste!!
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