lunes, 6 de abril de 2015

Sólo los que tienen el valor de conocernos, tienen el derecho a disfrutar de nosotros.

Mientras tanto escribo sentada en este cementerio, junto a la tumba donde he decidido enterrar mis sentimientos. Los sauces tienen las hojas caídas, parecen estar tristes. El viento es suave y frío como si llevara, de un lado a otro de este recinto, todas las lágrimas que han sido derramadas aquí. Se siente un silencio que sella cada uno de los secretos de todos los que para la eternidad, aquí yacen. Mi cuerpo está en paz, mi alma visita cada rincón que esconde este lugar.
La noche se acerca y esto comienza a llenarse de almas arrepentidas e inseguras de haber encontrado un lugar mejor. Este sitio a oscuras es bello, me recuerda a mi interior, tan denso e incomprendido... Sólo los que se arman de valor para quedarse a estas horas, podrán disfrutar de cada uno de los regalos que este sitio puede ofrecernos. Como dice mi madre, sólo los que tienen el valor de conocernos, tienen el derecho a disfrutar de nosotros. Unos ven miedo donde yo he podido encontrar paz.

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